Los planes de pensiones son uno de los productos de ahorro más populares en España. La principal razón de su popularidad es el tratamiento fiscal que tienen, ya que las aportaciones realizadas al plan de pensiones a lo largo del año cuentan en la declaración de la Renta como si se hubieran tenido menos ingresos. A pesar de que la cuantía máxima desgravable se ha reducido a 1.500 euros, todavía muchos ahorradores tienen contratado este tipo de productos.
Estos vehículos de inversión están diseñados para que el usuario disponga de unos ingresos extraordinarios en la jubilación. Las participaciones solo se pueden rescatar cuando el ciudadano se retira de la vida laboral, salvo contadas excepciones como un periodo de desempleo de larga duración. A partir de 2025, también se podrán retirar las aportaciones que tengan 10 años de antigüedad.
Los ahorradores pueden elegir el momento de rescatar su plan de pensiones, así como la forma de hacerlo. El modo escogido para recuperar el dinero invertido influirá notablemente en cuánto dinero se quede Hacienda. Por eso, conviene tomar esta decisión con mucha cautela.
Existen tres formas diferentes de recuperar el dinero invertido en un plan de pensiones:
A diferencia de los fondos de inversión, el dinero rescatado de un plan de pensiones tributa como rendimientos del trabajo en la declaración de la Renta. Por tanto, el capital que se rescate durante un año se sumará a la pensión pública recibida.
El impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) es un impuesto progresivo, es decir, aumenta a medida que se incrementan los ingresos. Actualmente hay seis tramos del IRPF:
Si un ciudadano opta por rescatar el plan de pensiones en forma de capital, es decir, por recuperar todo el dinero