RAÚL PIÑA
Madrid
Actualizado Viernes, 6 mayo 2022 —02:07
La firmeza de Robles obliga a Bolaños a asumir responsabilidades en el espionaje a Sánchez
El Gobierno fijó la comparecencia de la directora del CNI en el Congreso como un punto de inflexión en la crisis con sus socios nacionalistas de gobernabilidad por el espionaje mediante el sistema Pegasus. El Ejecutivo confiaba en que cuando se supiera que eran una veintena, y no más de 60 como se sostenía en el informe de Citizen, las personas espiadas, todas bajo autorización judicial, y que además se había espiado al presidente del Gobierno en un «ataque externo», las presiones y los chantajes cesarían. Paz Esteban mostró papeles, explicaciones, pero el plan del Gobierno fracasó.
Los nacionalistas abandonaron la comisión sin ver colmadas sus aspiraciones. «Explicaciones insuficientes»; «mucho por aclarar aún»; «es necesaria una comisión de investigación»; «se deben depurar responsabilidades»… fueron la sensaciones de los socios de gobernabilidad del PSOE, incluido Unidas Podemos. Despacharon la que era la apuesta del Gobierno con cajas destempladas, insistiendo, además, en una comisión de investigación.
El Gobierno defiende que ha actuado «con total transparencia»; «se han dado explicaciones»; no hay «nada que ocultar» y que la directora del CNI aportó documentación y respondió a las preguntas que se le hicieron. Dos visiones dispares sobre un mismo hecho, pero que derivan en una conclusión: el plan del Gobierno de apaciguar a sus socios con estas explicaciones fracasó y que la gobernabilidad sigue en entredicho.
Máxime cuando una de las personas investigadas es Pere Aragonès, actual presidente de la Generalitat. Una circunstancia que concedería a ERC más fuerza en sus