Madrid
Actualizado Miércoles, 25 mayo 2022 —01:57
Las organizaciones de derechos humanos creen que la cifra real de muertes es aún mayor, porque muchos de los asesinatos no se denuncian
La muerte de las hermanas Anisa y Arooj Abbas, de 24 y 21 años, residentes en Terrassa (Barcelona) y asesinadas en Pakistán presuntamente por su hermano y sus maridos, entre otros familiares, está siendo investigada por la Policía paquistaní como un crimen de honor, una práctica aún vigente en Pakistán y socialmente tolerada en muchos sectores del país.
La organización Human Rights Watch define los crímenes de honor como los actos de violencia, generalmente asesinatos, cometidos por los varones contra las mujeres de la familia al considerar que han deshonrado al clan, y estima en 1.000 el número de mujeres asesinadas en Pakistán cada año. Las víctimas son fundamentalmente mujeres y niñas condenadas por sus padres o hermanos, y en los asesinatos suelen participar varias personas, puesto que en muchas ocasiones los crímenes son acordados en la familia. La causa puede ser tener relaciones con alguien que los padres o hermanos no aprueban, pedir el divorcio, mantener relaciones sexuales o simplemente vestir de forma inapropiada.
Las organizaciones de derechos humanos creen que la cifra real de muertes es aún mayor, porque muchos de los asesinatos, por producirse dentro de la misma familia, no se denuncian. Es el caso de las jóvenes de Terrassa. Su madre, quien según ha trascendido trató inútilmente de proteger a sus hijas y tuvo que escuchar desde una habitación cercana cómo morían, se negó a denunciar a los agresores (su propio hijo, entre ellos) y ha tenido que ser la policía pakistaní quien emprenda acciones.
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