ANTONIO SEMPERE
Ceuta
Actualizado Domingo, 8 mayo 2022 —02:05
Ceuta reclama la implantación de una aduana comercial y que termine la exención de Schengen
Cuando se van a cumplir dos meses de la carta que Pedro Sánchez envió a Mohamed VI en la que reconoció la soberanía marroquí sobre el Sáhara, los pasos fronterizos terrestres con Ceutay Melilla aún siguen cerrados. Este era uno de los principales asuntos que se debían solucionar con Rabat, pero ni la misiva ni la posterior visita de Sánchez al rey alauí parecen haberlo conseguido. Y ahora, la crisis de Pegasus complica la situación aún más y pone en peligro el plan del Gobierno de distensión con Marruecos.
En un principio, Marruecos comunicó a los responsables de Interior que tenía la intención de abrir los pasos fronterizos el 14 de abril, pero se ha ido retrasando y sigue sin saberse cuándo se producirá. El último decreto de prórroga de cierre de las fronteras españolas expira el próximo 15 de mayo, una fecha que, sin embargo, no concuerda con la de la parte marroquí, que la traslada al 31 de mayo.
Lo cierto es que los dos países mantienen diferencias desde hace semanas sobre las condiciones de reapertura. El principal escollo técnico en estos momentos es que Madrid, en concreto el Ministerio de Exteriores, quiere que la reanudación del tráfico de viajeros entre ambos países vaya acompañada de la reapertura de la aduana comercial de Melilla, cerrada unilateralmente por Marruecos en 2018, y la creación de una en Ceuta.
La frontera comercial en el paso ceutí del Tarajal es una petición expresa al Gobierno de España del presidente de Ceuta, Juan Jesús Vivas, que Sánchez trasladó a Mohamed VI en su viaje a Rabat y a la que el monarca se habría comprometido. «Las mercancías