Las fronteras de Ceuta y Melilla abren este martes a la medianoche después de 26 meses cerradas. La fecha coincide con el primer aniversario de la entrada de más de 10.000 personas en Ceuta gracias a la permisividad de los guardas marroquíes, el episodio que mejor ejemplificó la mala relación entre España y Marruecos en aquella época. Durante esas semanas de mayo fueron atacados con el programa de espionaje Pegasus los teléfonos del presidente del Gobierno español, la ministra de Defensa, el ministro del Interior y el ministro de Agricultura.
Pasadas las once de la noche, la delegada del Gobierno en Ceuta, Salvadora Mateos, se acercará a la frontera para encontrarse en un acto con autoridades locales marroquíes. Irá acompañada de los responsables policiales de Ceuta como gesto de confraternización.
La frontera se cerró el 13 de marzo de 2020, a causa de la pandemia, pero Marruecos la mantuvo cerrada después con la intención de presionar a España para que modifique su postura sobre el Sáhara. La reapertura, negociada por autoridades españolas y marroquíes, en las últimas semanas, es solo un pequeño paso hacia la normalidad. El tránsito por las fronteras estará abierto hasta el 31 de mayo únicamente para los ciudadanos y residentes de la Unión Europea y para aquellas personas autorizadas a circular en el espacio Schengen.
El colectivo de trabajadores transfronterizos, acostumbrados a entrar cada día en Ceuta y Melilla para trabajar y volver a dormir a sus casas, no podrá cruzar los pasos hasta el próximo día 31 de mayo. Tampoco la entrada de estos empleados marroquíes supondrá un gran flujo de personas: antes de la pandemia había cerca de 5.000 transfronterizos, pero ahora, los que tienen sus papeles en vigor (requisito