La gastronomía nos ha dado auténticos iconos que perdurarán toda la vida en nuestro imaginario de comidas y celebraciones familiares: aquí va un nuevo homenaje a la comida viejuna; ese plato que prepararía Norma Duval en televisión para darle a probar a Jesús Gil. En este caso rescatamos el cóctel de langostinos con aguacate, y le damos una vuelta para incorporarlo a nuestro recetario del siglo XXI.
Para hacerlo sin abrir la caja de Pandora y así evitar que vuelvan del túnel del tiempo otras cosas como el palmito en las ensaladas, vamos a modificarlo ligeramente. ¡No más langostinos recocidos!, los nuestros se harán en ceviche con zumo de lima. Para acompañarlo añadiremos tomates cherry, cilantro, cebolla morada picada y, si apetece, un ligero toque picante por parte de los jalapeños. La mayonesa o salsa rosa queda desterrada de nuestro ceviche: en su lugar, usaremos el propio aguacate -aplastado- como base untuosa. No nos pondremos excesivamente complicados buscando el toque crujiente: unos pocos granos de maíz tostado -los kikos de toda la vida- salvarán la situación con nota.
Cosas a vigilar en la noche de gala de presentación de nuestro modernizado cóctel de langostinos: el tiempo de cocción en el zumo de lima. Desde que ponemos los langostinos a marinar, no deberían pasar más de 15 minutos si no queremos una textura un tanto desagradable. Por supuesto, que los langostinos estén bien frescos, por favor. Sobre el aguacate, soy de los que piensan que está mejor de un día para otro, por lo que podéis dejarlo aplastado y aliñado unas horas antes (o el día anterior) si lo cubrís muy bien con papel film bien presionado, evitando al máximo que tenga contacto con el aire. Dicho esto, no hay más complicación en este plato.
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