Liberté, égalité, fraternité y más ‘macronismo’. Entre Emmanuel Macron y Marine Le Pen los franceses han vuelto a optar por el primero. El presidente revalida su mandato con un 58% de los votos, frente al 42% que ha alcanzado la líder de la derecha radical. Atrás quedó el kilométrico margen entre ambos que se vio en 2017, pero la apuesta gala es por la continuidad. Macron podría cumplir diez años en el Elíseo y entraría de esta manera en el grupo de los elegidos: durante la V República solo Jaques Chirac (el último en repetir victoria) y François Mitterrand estuvieron más tiempo que él, mientras que Charles De Gaulle también ocupó el poder durante una década.
El triunfo del presidente está marcado, en todo caso, por un choque de tendencias. Macron ha pasado del 66% que logró en 2017 a quedarse por debajo del 60% mientras que Le Pen ha conseguido aglutinar cuatro de cada diez votos, cuando hace cinco años se quedó en poco menos del 34%. Además, la candidata del otrora Frente Nacional mejoró con mucho el resultado pírrico que obtuvo su padre hace ahora veinte años. Marine Le Pen, de hecho, alcanzó el mejor resultado de la derecha radical en toda la V República. «El resultado de hoy es histórico, ya es una victoria, solo puedo sentir esperanza. Es el testimonio de la gran confianza del pueblo francés en un gran cambio», sentenció la líder.
Al pie de la Torre Eiffel, como escribió Pardo Bazán, salió Macron exultante. Luces, aplausos y vítores mediante, el presidente se limitó a celebrar, casi sin pensar en lo que vendrá. «Una mayoría de vosotros ha elegido darme confianza», empezó pasadas las nueve y media de la noche, casi emocionado y tras irrumpir con el himno de Europa de fondo. Así, ha prometido hacer de Francia «una