Cargos públicos y funcionarios del Ayuntamiento de Valencia recibieron, al menos, siete millones de euros en comisiones ilegales en metálico y en regalos a cambio de favores urbanísticos entre 1999 y 2013, según el sumario del caso Azudde corrupción, cuyo secreto acaba de ser levantado. En esos años, el consistorio de la tercera ciudad de España estaba presidido por la popular Rita Barberá.
La red, diseñada por el empresario Jaime Febrer, realizaba los pagos de esas comisiones a través de cuatro vías, según un auto de la jueza instructora: en la mayor parte de los casos, las comisiones se abonaban en efectivo; en otros, se confeccionaban y suscribían contratos ficticios que permitían canalizar los pagos de esas comisiones. En algunas ocasiones, se registraban compraventas de inmuebles por un precio inferior al realmente abonado, “que redundaba directamente en beneficio para los cargos públicos y funcionarios”. La última fórmula para el pago de favores eran los regalos “de toda índole” que, según la jueza, “no podían ser considerados como una atención normal dentro de las normas sociales”. Esos obsequios iban desde botellas de vino (de hasta 120.000 euros), plumas, maletas de lujo, relojes, portafolios, jamones o colgantes. Todos esos regalos se reflejaban en un listado que el propio Febrer confeccionaba cada año.
Los principales beneficiarios de las supuestas mordidas fueron el entonces vicealcalde del Ayuntamiento de Valencia, Alfonso Grau y José María Corbín, casado con una hermana de Rita Barberá, y quien, además, ejercía de jefa de gabinete de esta. En la trama también figuran el portavoz del grupo municipal socialista, Rafael Rubio, que, además, formaba parte del consejo de administración de la entidad pública