Las fronteras abiertas. Las colas en marcha. El tráfico de ida y vuelta entre Ceuta y Melilla con Marruecos fluye. Dos años y dos meses después, las verjas que cerraban los pasos fronterizos se han abierto en una “noche histórica”, como la calificaba la delegada melillense del Gobierno, Sabrina Moh. A pesar de que el tránsito entre los dos países no ha tenido nada que ver con las cifras de cruce de antes del cierre, en las dos ciudades españolas se vivía un ambiente festivo, al igual que en las localidades marroquíes sitas en los alrededores, cuyas economías están entrelazadas. Fatima Abdelkader, de 60 años, fue una de las primeras en salir de Ceuta. Solo va a pasar una hora en Marruecos porque mañana trabaja, pero está feliz de reencontrarse con parte de su familia que vive en Castillejos. A poca distancia de Fatima, aguarda una historia de amor: la de Juan Manuel Aguiar, un marino mercante de 39 años, que se volverá a ver con su mujer Sarah, de quien la separó el cierre de fronteras.
El goteo de entradas y salidas ha sido incesante en Ceuta. A las dos de la mañana seguía el flujo de coches de camino a Marruecos, pero ni rastro de vehículos o peatones entrando en Ceuta. El tránsito a la ciudad autónoma ha sido mínimo. Los primeros en entrar a pie fueron un marroquí, Mustafa Tanistas, que dijo ser concejal del Ayuntamiento de Tetuán, y un belga de origen marroquí, Abdelaziz elharraq, que entró grabándose el mismo entre la multitud que aguardaba a los primeros visitantes. “Hacía cuatro años que no venía a visitar Ceuta”, explica. Los dos entraron para visitar a parientes y amigos durante unos días. Y como ellos, 827 personas en 171 coches han ido de España a Marruecos, mientras 318 personas y 134 vehículos han hecho el