Un Villarreal pragmático certificó el billete para la próxima edición de la Liga Conferencia al ganar (0-2) en el Camp Nou a un triste Barcelona, que cerró con desgana y malas sensaciones en defensa una temporada en blanco para olvidar.
Los goles de Alfonso Pedraza, antes del descanso, y Moi Gómez, en el segundo tiempo, dejaron en evidencia la fragilidad defensiva del cuadro azulgrana y acabaron con una racha de diez derrotas consecutivas del equipo ‘groguet’ en el feudo barcelonista.
Y eso que en los primeros compases del encuentro pareció que el Barcelona se tomaba en serio el partido. Con los deberes hechos tras asegurarse el segundo puesto, afrontaba el encuentro sin alicientes, pero a diferencia de los últimos encuentros salió con la intención de terminar el curso con buenas sensaciones.
Xavi dejó de nuevo en el banquillo a Ousmane Dembélé y situó en la banda derecha a Adama Traoré, que podría haber jugado su último partido en el Camp Nou. El extremo de L’Hospitalet de Llobregat firmó una actuación decreciente, similar a la de su segunda etapa como azulgrana.
En el primer cuarto de hora, el Barça domó el encuentro con el balón, encerró al Villarreal e incluso gozó de una volea de Ferran Torres para avanzarse. Busquets movía los hilos de un equipo que le costaba ser preciso en los últimos metros, ya fuera mediante los centros de Adama y Jordi Alba o en los disparos de Aubameyang.
El Villarreal, con Paco Alcácer titular en lugar del tocado Gerard Moreno, esperaba su oportunidad, consciente, quizá, de que el Barça daría concesiones atrás. La versión ‘kaiser’ de Roland Araujo contrastaba con las dudas constantes de Clement Lenglet, muy impreciso con el balón.
El partido se igualó. El Villarreal, con Parejo y Lo Celso