Cuesta creerlo, pero es verdad: el plan de ayudas del Gobierno a los autónomos y empresas quebradas por la tragedia de La Palma incluye un incentivo fiscal que es una oda a la avaricia y la insensibilidad social. Y es que aquellos negocios que se hayan quedado sin liquidez para poder pagar los impuestos podrán pedir un aplazamiento de tres meses.
¿Y después?, se preguntarán ustedes. Pues después tendrán que empezar a pagar intereses de demora, un 3% más por el retraso.
Vamos a ver, señores del Gobierno, los del escudo social: ¿cómo van a hacer frente a los pagos si los negocios que les servían de sustento se encuentran bajo un manto de lava? Señor presidente del Gobierno: menos viajes a La Palma y más ayudas. Y, sobre todo, un poquito de
.