La crisis de la pandemia del covid ha enterrado por una buena temporada, en los países democráticos y avanzados, la idea aquella de que el Gobierno no era la solución a nuestros problemas sino nuestro problema. El esfuerzo descomunal para evitar el cierre de empresas y la destrucción de puestos de trabajo y la obtención de vacunas en un tiempo récord y su masiva distribución han sido un éxito indiscutible del papel gubernamental en la economía y la sociedad.
Sin el apoyo de los gobiernos, con una política fiscal expansiva y masiva y la colaboración estrecha con el sector privado en materia de vacunas, las consecuencias de la pandemia hubieran sido todavía más terribles en términos sociales y sanitarios. Sí, los gobiernos son una parte
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