Energías renovables, vertebración del territorio y protección de la biodiversidad. Estas son las claves de la economía verde para combatir no solo el cambio climático, sino también para promover una sociedad más sostenible, competitiva y resiliente.
Hace dos décadas, Iberdrola emprendió una estrategia de crecimiento sostenible, apostando por las energías renovables. De esta forma, la naturaleza se convirtió en su aliada, aportando recursos como el viento, el sol y el agua, que mueven aerogeneradores en tierra y en el mar, alimentan proyectos fotovoltaicos y activan centrales hidroeléctricas para la producción de energía limpia, libre de emisiones. En 2020, solo en España, la energía eólica generada en nuestro país evitó expulsar 29 millones