Fracasa ‘Pecco’ Bagnaia, que rodó por los suelos cuando era líder del Gran Premio de la Emilia Romagna. Fracasa Ducati, la fábrica de Borgo Panigale (Italia), que posee la mejor moto de la parrilla de MotoGP y sigue sin conquistar el título.
Triunfa, a lo grande, a lo bestia, a lo animal, de Marc Márquez (Honda), que hoy ha ganado su tercer gran premio (Alemania, EEUU y Emilia Romagna) el año de su regreso tras una grave lesión, que le apartó diez meses de los circuitos. Y apoteosis total, única, inolvidable, del francés Fabio Quartararo (Yamaha), que, tras la caída de Bagnaia, se proclamó automáticamente nuevo y flamante campeón del mundo, su primer título, a los 22 años, tras 116 carreras y siete temporadas en el Mundial, dos carreras
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