Marco Mezquida sabe lo que es improvisar junto a grandes creadores, desde un Marc Miralta a una Sílvia Pérez Cruz, músicos dotados para burlar cuadrículas y pautas previsibles, pero seguramente nunca se las había tenido con un ‘partenaire’ tan desconcertante como el de este miércoles en la sala 2 del Auditori. En escena, compartiendo plano con su piano de cola, el instrumento de inteligencia artificial desarrollado por los científicos de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) y plantado allí como un monolito que habría hecho feliz al Kubrick de ‘2001: Una odisea del espacio’.
Ese diálogo entre el hombre y la máquina abrió la primera edición del festival AI and Music, bautizado en alusión a la inteligencia artificial (y con la