Cada partido con un grande se convierte en un drama grande para el Barça de Koeman, que lleva en su rostro la impotencia dibujada. Cada partido con un grande, incluyendo en esa lista al Benfica, supone una bofetada llena de frustración. Ya son 12 y solo una victoria (hace casi un año en Turín ante la Juventus) revelan el inevitable descenso de nivel que ha vivido el conjunto azulgrana.
Con y sin Messi. Con y sin Griezmann. Poco importa ya quien juegue porque Koeman no encuentra el camino para superar esas piedras tan grandes, que han ido quebrando su credibilidad y, por supuesto, la de sus jugadores.
«Cada vez estamos más cerca de ganar un partido grande», dijo Koeman tras el 1-2 del Madrid, asumiendo en esa misma frase la sensación de