José Luis Escrivá, ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, protagonizó un momento surrealista durante un acto oficial de la Fundación Mapfre. El ministro confundió el soporte del atril donde se coloca el vaso con un vaso en sí mismo, provocando la estupefacción del público. Cuando se dio cuenta del error le costó contener la risa.
La anécdota ocurrió el pasado 7 de octubre. El socialista estaba a punto de iniciar su discurso de clausura del acto, cuando cogió una botella de agua para llenar su vaso antes de hablar. Abrió el recipiente y lo vertió decididamente en el hueco de plástico diseñado para acoger el vaso.
Al percatarse de su error, ni siquiera trató de disimular. «Ah, esto no es un vaso. Me parecía complejo», advirtió