Al llegar las lluvias del otoño, es común encontrar a personas que, cesto en ristre, acuden a los bosques a pasear y llenar sus capazos de setas. Sin embargo, hay que tener cuidado, porque algunas especies son tóxicas y muy peligrosas.
Prueba de ello son las centenares de intoxicaciones que se producen cada temporada por desconocimiento o confusión con especies comestibles similares.
La norma básica para evitar sufrir una intoxicación, que en algunos casos puede ser incluso mortal, es consumir únicamente aquellas setas que se saben identificar sin lugar a dudas. “Solo se puede coger una seta si uno está 100% seguro de qué variedad es y si es comestible”, señala el biólogo Andrés Valverde, miembro de la Societat Catalana de Micologia, que