Salvo en contados casos como el del Teatro Real de Madrid, la pandemia se cebó con la ópera y cerró las puertas de templos como La Scala de Milán, al que solo las bombas de la II Guerra Mundial habían silenciado previamente. Ahora vuelven, a tiempo para celebrar con más razones que nunca su día mundial.
Esta será la cuarta edición de una iniciativa que nació por el compromiso de la Asociación Ópera Europa (en la que el Real ocupa la vicepresidencia). «Este momento en que estamos todos unidos y en que debemos defender la cultura es el mejor para celebrarlo», señala a Efe Ignacio García-Belenguer, director general del coliseo operístico madrileño.