La guerra del gas ya se ha cobrado su primera víctima, Moldavia, que ha declarado el estado de emergencia por la escasez de suministros, ante lo que el gigante ruso Gazprom ha respondido que, si no paga la totalidad de su deuda, le cortará la llave el 1 de diciembre.
«Hay que pagar a tiempo por el producto recibido. Aquí no hay ninguna política. Gazprom es una compañía accionarial y no puede trabajar con pérdidas (…). Toda paciencia tiene un límite. Moldavia ha provocado la crisis con sus propias manos», dijo Serguéi Kupriánov, portavoz de Gazprom.