En privado es una de las quejas más recurrentes. La presencia masiva de menas en Mallorca se ha convertido en un problema social. En un problema real. La inseguridad ha aumentado exponencialmente no sólo en la isla, sino en toda España. No hay día en el que no se produzca un incidente violento protagonizado por estos menores no acompañados de origen magrebí. El último ejemplo es el de la chica que fue apalizada en Vitoria el pasado fin de semana.
Sin embargo en público sigue costando admitir la naturaleza y el origen del problema. La izquierda dirige inmediatamente su mirada inquisitoria hacia todo aquel que se atreve a levantar la voz ante la cascada de violencia que acompaña a la emigración ilegal y no vacila en etiquetarle de «racista» a