Mario Muchnik (Buenos Aires, 90 años) dejó la física nuclear por la edición de libros debido a la razón “banal”, como él mismo ha reconocido, de que su padre, Jacobo, era un importante editor en Argentina. El oficio de publicar libros escritos por otros ha sido para él un pasaje a una montaña rusa: de la alegría por ser el editor en español de Elias Canetti cuando este autor en lengua alemana, casi un desconocido entonces en España, recibió el Nobel en 1981.
“El escritor más especial de los que he tratado por la relación que tuve con él”, contaba Muchnik por teléfono la pasada semana. También disfrutó del placer de confraternizar con Julio Cortázar, Rafael Alberti o Jorge Guillén, con el que se estrenó como editor con Y otros poemas, un
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