Al Mallorca le faltó la suerte -o la puntería- necesarias para certificar una victoria que tuvo en la mano durante mucho rato. El equipo de Luis García Plaza destrozó al Sevilla en una primera parte increíble y un arranque de la segunda arrollador, pero el balón sólo quiso entrar una vez y eso es un pecado mortal ante un rival de este nivel. Al final Eric Lamela empató el partido y en el minuto 96 tuvo que intervenir el VAR para dar marcha atrás a un gol de Ocampos que había concedido el árbitro, y en el que había habido mano previa de Fernando.
Con la única excepción del accidente del Santiago Bernabéu el Mallorca le ha presentado batalla a cualquier rival con el que se ha enfrentado esta temporada, da igual su nivel o su jerarquía. El