El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha reculado sobre la decisión tomada hace escasas fechas de expulsar a diez embajadores occidentales por su apoyo a un dirigente opositor. El sátrapa otomano anunció su intención de echar del país a los representantes de países tales como Estados Unidos, Alemania, Francia o Canadá, nada menos. Pero, pasado el impulso inicial, Erdogan se lo ha pensado mejor y ha cambiado de opinión, alegando que estos embajadores «dieron marcha atrás y serán más prudentes en el futuro».
Erdogan ha llegado a asegurar que al tomar la decisión de expulsar a estos diez diplomáticos, «nuestra intención no era provocar una crisis». La lira, que había caído alarmantemente tras esta decisión, se ha recuperado ligeramente