El 16 de agosto se produjo un acontecimiento en la cárcel de Villena que ha alterado la convivencia en esa prisión en particular y entre el personal penitenciario y sus superiores en general. Aquel día una cámara del centro penitenciario grabó una escena relativamente habitual en las cárceles de España: la reducción de un preso violento por parte de varios funcionarios de prisiones. La grabación, en poder de la dirección del centro, se filtró a los medios de comunicación y el asunto acabó en los tribunales, donde se investiga un presunto delito de brutalidad por parte de los funcionarios.
Ahora, este preso, multirreincidente y violento, ha vuelto a demostrar por qué los funcionarios tuvieron que reducirlo aquel día: hace una semana, justo