Pablo Iglesias presionó durante 2017 al entorno de José Villarejo para que el comisario se reuniera con él en secreto, mientras en público -en mítines y entrevistas- lo llamaba «cloaca de Estado». El interés del líder de Podemos era doble: obtener información que afectara al PP y que erosionara la presencia de Mariano Rajoy en La Moncloa y sondear de qué información disponía Villarejo sobre las irregularidades financieras de Podemos.
Ese doble juego, le sirvió a Iglesias para frenar la caída electoral durante la campaña de las elecciones generales del 10-N de 2019. Entonces, el líder podemita utilizó como salvavidas para frenar su batacazo temas tan recurrentes como Villarejo y las ‘cloacas del Estado’, el caso de la tarjeta telefónica de su