Una mezcla de consternación, indignación y amargura se conjugaron este domingo durante el sepelio del atleta ecuatoriano Alex Quiñónez, asesinado la noche del viernes en la ciudad de Guayaquil (suroeste) por desconocidos que le dispararon junto a un amigo suyo.
Su cuerpo fue velado en el estadio «Folke Anderson» de Esmeraldas (noroeste), su ciudad natal, donde acudieron miles de personas a las exequias.